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BAÑOS DE BOSQUE: CÓMO APROVECHAR AL MÁXIMO LA PRIMAVERA Y RECUPERAR TU BIENESTAR

por: Genias

El siguiente post es parte de los contenidos que mes a mes realizamos junto a Kitadol Forte, en los que te entregamos información útil y valiosa relativa al mundo laboral, liderazgo, autocuidado, empoderamiento femenino, y finanzas.

 

El año pasado, mientras pasaba por un momento difícil en mi vida, entré a una librería y vi un libro llamado “Disfruta de un baño de bosque: Cómo despejar tu mente y tus sentidos”, de Melanie Choukas-Bradley. Al tomarlo y empezar a ver de qué se trataba, me di cuenta que eso era exactamente lo que necesitaba en ese momento. No solo era un libro hermoso, lleno de ilustraciones de Lieke van der Vorst, una ilustradora holandesa que me gusta mucho, sino que también mostraba distintos ejemplos de cómo el contacto con la naturaleza nos revitaliza y mejora nuestra salud.

“Si sientes que el ritmo cotidiano te supera, tu mente se bloquea y se atrofia tu creatividad, puede que sea el momento de reconectar con la naturaleza y darse un baño forestal”.

Esa es la premisa del libro, y una con la que estoy segura que todas hemos podido identificarnos de alguna u otra manera en algún momento de nuestras vidas.

Ahora que llegó la primavera y los días están ideales para salir a caminar por parques o bosques, esperamos que este post te anime a darte un baño de bosque.


¿En qué consiste un baño de bosque?

La idea de recuperarse del cansancio u otro malestar a través de la naturaleza es algo que los japoneses llaman shinrin-yoku, traducido como “baño de bosque”, y definido como “una inmersión sensorial plena en la belleza y el encanto de la naturaleza”.

Según doctores e investigadores japoneses que han estudiado los efectos de los baños de bosque en la salud de las personas, estos reducen la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y la concentración de cortisol, que incrementan la variabilidad de la frecuencia cardiaca y mejoran el estado de ánimo.


Cómo darse un baño de bosque

 

 

Encuentra tu “hogar silvestre”

Según la autora, quién viajó a japón para convertirse en guía de baños de bosques, una buena forma de empezar es ir a un lugar cerca de casa con hartos árboles, y verlo como tu “hogar silvestre”, un espacio a donde ir regularmente, cada vez que necesites desconectarte de la ciudad y sus problemas. Si no hay ningún lugar así cerca de tu casa, puedes ir a otro que quede un poco más lejos, pero te haga sentir en paz y cómoda.

 

Dedica tiempo

Para vivir una verdadera experiencia de inmersión, la autora recomienda dar un paseo de entre dos a tres horas. Aún así, explica, los baños de bosque son beneficiosos incluso si son de 20 minutos. 

 

Respira y conecta contigo misma

Una vez que estés en un bosque o parque, inspira poco a poco, hasta que sientas cómo tus pulmones se van llenando de aire. Luego bota el aire lentamente. 

“La respiración profunda no solo te relaja y te calma la mente, sino que también te conecta con la vida circundante. Estás inhalando el oxígeno que producen las hojas de los árboles que te rodean, y exhalando el dióxido de carbono que esos árboles y otras plantas necesitan para la fotosíntesis. Al respirar profundamente, sientes que se relaja el cuerpo y percibes cómo empiezan a revelarse las maravillas que te rodean".

 

Vuelve a tu vida cotidiana de a poco

Después de haber experimentado el bienestar que otorga un baño de bosque, y sientes cómo tu cuerpo y mente están más relajados, la autora aconseja darse un momento para reflexionar sobre lo que sentiste y pensaste durante esta experiencia, antes de volver a tu rutina en la ciudad. 

Si vas sola, una forma de hacer este pequeño ritual de reflexión final, puedes sentarte en silencio, tomar un poco de té, agua o infusión, e ir anotando todo lo que venga a tu mente. Si no eres de las que le gusta escribir, también puedes cerrar los ojos y respirar lentamente, mientras piensas en qué ha significado el baño de bosque para ti.


Si vas acompañada por una persona o un grupo, es recomendable que se sienten en círculo a conversar sobre lo que cada uno sintió. También compartiendo un té calentito. Y si prefieren no compartir sus experiencias en voz alta, la autora explica que también pueden meditar un momento para reflexionar en privado. 


Esperamos que te haya gustado este post, y puedas ponerlo en práctica.

Por: Genias

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